domingo, 2 de septiembre de 2012

Capítulo 1



Me desperté con un sudor frío recorriendo mi frente, apagué el despertador con un golpe seco, quizás más fuerte de lo que hubiera hecho falta, fui al baño y me lavé la cara.

No era la primera vez que tenía ese sueño, de hecho lo había tenido desde siempre, pero últimamente se repetía prácticamente todas las noches, no entendía por qué, no sabía quienes eran esas personas con las que soñaba.

Me miré al espejo y una cara familiar, aunque con más ojeras de lo habitual, me devolvía la mirada. Me puse el uniforme negro de siempre y bajé al comedor del área de medicina. Vivía en un edificio dedicado a la enseñanza de jóvenes con capacidades “fuera de lo normal”, lo cierto es que lo único fuera de lo normal es que casi todos los que nos encontrábamos aquí habíamos sido abandonados por nuestras familias por razones que ninguno conocíamos. En este edificio en mitad de la nada se nos formaba en distintas profesiones para que el día de mañana no fuéramos un lastre para la sociedad, esa sociedad que al parecer era perfecta, pero que ninguno de nosotros conocía aún.

Yo había elegido la rama de la medicina hacía ya cuatro años, no porque fuese mi vocación, ni mucho menos, simplemente me pareció lo menos aburrido de la lista de profesiones para las que al parecer tenía “dotes”. Mientras desayunaba, pensaba lo mismo que casi todos los días, que parecíamos un rebaño de ovejas idiotas que eran felices simplemente porque en aquel lugar cubrían nuestras necesidades básicas. Lo cierto es que hacía caso omiso a esas charlas que nos daban cada año para motivarnos diciéndonos que nosotros éramos “el futuro de una sociedad brillante a la que pertenecíamos, en donde algún día nosotros estaríamos a la cabeza”, tan solo sonreía y fingía estar emocionada por todo aquello, ya había comprobado amargamente hacía años que cuestionarse todo este sistema era más que absurdo.

El día fue exactamente igual que el resto, clases tremendamente aburridas de las que ya sabía todo, porque me parecía mejor aprender de manera autodidacta cogiendo libros que escuchar a aquellos charlatanes; muchos cuerpos fríos como el hielo para practicarles la autopsia una vez más, la misma comida de todos los días, las mismas charlas con la gente, todo exactamente igual hasta que a última hora de la tarde ocurrió algo diferente.

Estaba paseando, inmersa en mis pensamientos, por el área de educación secundaria, donde los críos eran más felices con sus consolas y practicando deportes de lo que yo podía comprender, cuando escuché a una niña gritando en uno de los pasillos de servicio, parecía que nadie se daba cuenta, así que me acerqué a ver que ocurría. Dos guardias sujetaban a una cría, que pataleaba y forcejeaba por soltarse mientras gritaba desesperada que la devolvieran con su familia, que ella se acordaba de todo, que no quería estar allí. Su cara me resultaba extrañamente familiar, pero no era capaz de recordar de qué. Justo antes de que la metieran en una sala, la niña me miró a los ojos y me gritó que la ayudase, lo que hizo que uno de los guardias centrara su atención en mí. Me oculté detrás de una pared suplicando que el guardia no me hubiera llegado a ver y corrí hacia el área de medicina, a mi habitación. Si me había llegado a ver, aquello podría traerme problemas, muchos más de los que yo quería tener.   

domingo, 8 de julio de 2012

Esos ojos azules


Hoy he vuelto a soñar, he soñado contigo, con ese piano, con esa canción…

La sonrisa se borró de tu rostro y quitaste la mano de mi hombro, yo comencé a tocar de nuevo, tocaba para que recordases, para que no te fueras, tocaba por ti, tocaba por mí, tocaba para demostrarte algo; te miré a los ojos, esos ojos azules, ahora no cabía duda de que eran azules, pero estaban vacíos de sentimiento, esos ojos que antaño me habían mirado con tanta ternura habían desaparecido, no quedaba rastro de ellos.

Me asusté, comencé a tocar con más fuerza, la canción se estaba distorsionando, no conseguía identificarla ni yo misma, tú caminabas hacia atrás, te alejabas más de mí a cada paso que dabas; mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y ya no era capaz de tocar, la canción paró en seco. Alargué la mano, pero ya no había rastro de ti, solo oscuridad.

Ya no estaban tus ojos azules…

Ya no estaba tu cálida sonrisa…

Ya nunca volvería a mirarte a los ojos, a esos ojos azules…

miércoles, 30 de mayo de 2012

La fobia a salir el primero de un examen


En serio, no entiendo lo que le pasa a la gente, ¿por qué nadie se atreve a salir el primero de un examen? No sale nadie, y de repente cuando sale una persona, 20 personas van detrás, como diciendo “Uff… Llevaba con el examen terminado media hora, menos mal que por fin a salido alguien” ¿Pero tú eres tonto o que? Que el profesor no te va a comer ni va a suspenderte por salir el primero, en serio, que ni se acuerda de tu cara cuando corrija el examen, te lo digo yo. 

¿Y a qué viene todo esto? Viene a mi examen de este lunes, os voy a poner al día de lo que pasó.

Yo llegué tan feliz al examen porque ya me había hecho a la idea de que iba a suspender (sí, era el examen del libro que le quería meter al profesor por el culo, os aseguro que ahora tengo más ganas que antes si cabe) y me encontré a todo el mundo en la puerta de la universidad sentados en el suelo repasando, yo, como no tenía nada que repasar, me fui al baño a llenar la botella de agua con otra compañera, cuando salimos de baño vimos que el profesor de Pediatría salía por la puerta de la universidad y luego le vimos entrar con cara de mala leche. Cuando salimos fuera había un revuelo armado que te cagas, lo que había pasado es que nosotros teníamos un examen que el profesor había puesto en 2010 y todo el mundo (somos un poco cortitos a veces…) estaba en la puerta de la universidad con él en la mano, aprendiéndose las preguntas, por si caía alguna parecida. Lo que pasó es que cuando el profesor salió, se pispó, cogió el examen a una chica y preguntó que como lo teníamos y volvió a entrar más cabreado que una mona y les dijo a las secretarias que quería cambiar el examen de día.

Nosotros nos subimos a la clase donde se supone que era el examen y esperamos a que el profesor decidiera si quería mandarnos a todos a septiembre directamente. Parece que la decisión le llevo bastante rato, pero al final subió y nos hizo el examen, el examen más difícil que he hecho en toda mi vida, os lo juro, no se si cambió el examen e imprimió otro mucho más difícil o que, la cuestión es que era un examen de 60 preguntas de las cuales había que contestar 54 obligatoriamente, lo cual quiere decir que una vez que acabé la primera vuelta al examen y vi que tenia 18 preguntas sin contestar, tuve que inventarme 12, sí, inventarme, decir “ala, la letra “e” me gusta más, aquí la “b” y aquí la “c”, vamos a hacer la lotería”. Con todo esto, poco más de media hora después yo ya había terminado el examen y el profesor nos había dejado una hora, y ahí nadie se levantaba; gente, que ninguno teníamos ni idea del examen, que hubo gente que salió llorando y todo, y sin embargo, seguíais todos ahí sentados mirando al examen con cara de póker sin tener nadie los huevos suficientes para levantarse y dárselo.

Yo repasé el examen (por si acaso me iluminaba la virgen o algo, que se yo), me levanté y se lo entregué. Salí por la puerta y a los 20 segundos escuche sillas moverse y gente saliendo del aula. Pero seréis cagones que tuvisteis todos que esperar a que yo me levantara, en serio, ¿qué problema tenéis con ser los primeros? Siempre igual, que no sois más tontos por terminar el examen antes, debería ser al revés ¿no?

En fin… tengo que decir que yo tampoco fui mucho más valiente, ya que cuando el profesor se acercó a mi y me preguntó cómo me había salido el examen, sonreí y dije que bien, cuando debería haberle soltado algún improperio, pero necesito que me apruebe en algún momento de mi vida aunque no sea este año.         


domingo, 27 de mayo de 2012

Época de exámenes, época de encierro


La época de exámenes, y más en Junio y con el buen tiempo que está haciendo últimamente, es jodida que te cagas. A nadie le apetece estudiar mientras escuchas a niños jugando en la calle y cuando acaban de abrir la piscina de tu urbanización y podrías estar tostándote al sol todo el día. Después de todo un curso estudiando, que si las clases, que si las prácticas, que si ahora te pongo clase un viernes porque soy un profesor un poco cabrón y toda esa mierda, ahora toca estudiar. Para mi todo esto tiene varios inconvenientes.

Como somos la última promoción del plan antiguo universitario, ahora la mayoría de la gente que es del plan Bolonia están tocándose las narices literalmente, encima que les preparan como el culo (porque seamos realista, el plan Bolonia es la peste hecha estudios universitarios), acaban antes y ya están haciendo nada todo el puñetero día y nosotros, que encima somos el experimento con el que algunos profesores han probado como adaptarse al maldito nuevo plan, aún estamos pringados hasta dentro de bastante tiempo.

Pero para mi eso no es lo peor, para mi lo peor es que como mi novio no estudia, se pasa el día haciendo lo que quiere, no me malinterpretéis, no es culpa suya, ya quisiera pasarme yo así todo el día, el problema es que normalmente veo a mis amigas y a la gente estudiar con su pareja, yo tengo que estudiar sola porque, como ya he dicho antes, él no estudia y eso de ir a la “biblio” juntitos pues como que no podemos hacerlo, así que lo único que podría hacer que tuviese unas mínimas ganas de coger “El pedazo de libro gigante que es casi más grande que yo y que le quiero meter por el culo al profesor” (sí, le he cambiado el título, en realidad se llama “Texto ilustrado de Pediatría” pero me parecía que este nuevo título le iba como anillo al dedo) no existe, no sabéis lo que daría por poder estudiar junto con mi novio o poder hablar con él sobre matar a nuestros profesores, idear planes de como pondríamos bombas y reírnos con una risa malvada de esas que hacen eco. Pero no, no me quejaré (esto no cuenta como quejarse, ¿eh?) porque como es mi último año de estudio porque acabó ya la carrera (muahahahahaha), el año que viene podremos en estas fechas reírnos los dos a la vez de como va la gente a la biblioteca y tiene que estudiar y nosotros no (bueno… no seré tan mala, tan solo disfrutaremos del buen tiempo desde el principio).

Que aprobéis todo y que el veranito sea muy largo para todos.  


domingo, 15 de abril de 2012

El Condicionamiento


Supongo que a todos os sonará más o menos el término de “Condicionamiento clásico”, para los que no os suene se puede resumir, vagamente, en relacionar un estímulo con una acción de forma que conseguimos una respuesta que no es la típica ante ese estímulo, de modo que finalmente se consigue la respuesta ante ese estímulo aunque la acción con la que lo relacionamos no esté presente. El padre de este tipo de condicionamiento era Pavlov, para que entendáis mejor el condicionamiento os explicaré su experimento:
                                  
Lo que Pavlov consiguió es que un perro salivara ante el sonido de una campana. Lo que hizo fue tocar una campana y, seguidamente, dar de comer al perro; el perro salivaba ante la comida, pero realizó tantas veces esta asociación que al final el perro salivaba ante el sonido de la campana aunque no se le diera de comer después.

En este caso Pavlov hizo esta asociación intencionadamente, pero hay muchas asociaciones que no son así, simplemente ocurren. Lo que a mi me pasa es que cada vez que estoy en la cama con mi pareja asocio eso al sexo, de forma que me pongo tontorrona cuando la respuesta normal a meterse en la cama es que te entre el sueño y te vayas a dormir, pero a mi me ha pasado tantas veces meterme en la cama con mi pareja y que al final eso acabe en sexo que he asociado inconscientemente meterme en la cama con mi pareja al sexo, cuando, obviamente, no siempre es así; tú estas muerta de sueño y os vais a la cama porque te estás durmiendo por las esquinas, te tapas con la sabana y os decís buenas noches y ¡tachan! Te pones tonta sin motivo alguno. Y os estaréis preguntando ¿por qué cojones nos estás contando todo esto? Pues lo hago para que entendáis que a las personas que nos pasa esto no deberíais decirnos nada, no es culpa nuestra, es culpa de las relaciones y del condicionamiento, no deberíamos sentirnos culpables por ello, si queréis un culpable, ahí tenéis a Pavlov, regañadle a él y a nosotros dejadnos en paz, he dicho, buenas noches a todos y todas.


domingo, 1 de abril de 2012

Cuestión de Intuición


Siempre he sido muy buena en esto de las intuiciones, para mi es como un sexto sentido, cuando me da la intuición de algo, suele ser verdad; os pondré dos ejemplos:

Cuando estaba con Zipi, un día le etiquetaron en una foto donde salía una chica pelirroja que montaba en patines mientras sacaba a su perro a pasear, a mi me dio como mal rollo y al cabo del tiempo cuando descubrí que Zipi estaba con otra le pregunte ¿es la chica de la foto? Y me dijo que si y me preguntó que como lo sabia y le dije la verdad, intuición. ¿Adivináis quien es? Sí, la almejilla de la que os hablé hace tiempo.  

Segundo ejemplo: Javi me contó que estuvo liado con una tía del club de fans de Michael Jackson, yo no sabia nada de ella, ni como era físicamente ni nada; un día en Príncipe Pio quedó con una moderadora del club o algo para que le diera una camiseta y con esta chica iba otra rubita y con voz de tonta y me dije a mi misma “Uyy… va a ser esta con la que se lio” y efectivamente era ella, pues eso, intuición de nuevo. Y como esto, muchas otras veces.

Pues ahora vamos al tema del que va esta entrada. Ayer por la mañana me enteré de que Javi salió durante una semana con una chica, en la Semana Santa de hace dos años (en Noviembre de ese mismo año me conoció a mi), y salieron tan poco tiempo porque ella le puso los cuernos a él. Pues hace cosa de 2 o 3 días, un número oculto llamó a Javi a las 2 de la mañana, ¡sí! ¡Era ella! ¿Cómo llamas a una persona con la que llevas casi dos años sin hablar A LAS 2 DE LA MAÑANA? Claro, es algo muy habitual, llamar a un tío al que le pusiste los cuernos tras dos años sin hablaros a esas horas, MUY LÓGICO Y NORMAL. Como no tengo ni la más remota idea de como se llama, la llamaremos la guarrilla, sin ánimo de ofender (sí va con animo de ofender…). Resulta que gracias a Dios a Javi no le dio tiempo a coger el teléfono, pero ella, tan maja, le agregó al tuenti diciéndole que era ella quien le llamó el otro día y que qué tal le iba la vida, él contestó que bien, que ahora salía con alguien y bla bla bla, y ella le dijo que iba a estar en el pueblo la Semana Santa, que le daba su móvil y que hablaran por Whatsapp (¡pero como puedes ser tan guarraaaaaaaa!) (Todo esto lo se por Javi, vete tú a saber si hay más mensajes, confiaré en mi novio y pensare que no…). Mi intuición me dice que esto no se va a quedar así, teniendo en cuenta que ambos viven en Móstoles (ella vive en Arroyomolinos, es como decir que vive en Puntagalea, ésta sigue siendo Las Rozas, Arroyo sigue siendo Móstoles) un día se encontraran por ahí, la guarrilla se pondrá a tontear y tal y pascual. ¿Y por qué me siento amenazada por ésta y sin embargo por la rubia del club de fans no? Pues porque, aunque solo he visto una foto, Javi me ha descrito como es esta chica en cuestión y es exactamente el tipo de tía que le gustan: una chica con curvas, tetas grandes y culo grande; de cara me veo yo bastante más guapa que ella en la única foto que he visto, pero aun así físicamente es como sacada del molde del tipo de tías que le van a mi novio, y yo soy delgadita, sin curvas, con culo y tetas pequeños. Además, esta tía busca algo seguro, ¿Por qué si no se acuerda de él tras dos años? Que no, que no me fio, que mi intuición me dice una cosa y siempre ha acertado, lo cual no me hace nada de gracia…